top of page

La Tiranía de Tener Razón: Por Qué Tus Certezas Te Pueden Limitar

  • Foto del escritor: Lorenza Saldarriaga Tomic
    Lorenza Saldarriaga Tomic
  • 24 nov
  • 5 Min. de lectura
ree

Has llegado lejos. Tu capacidad de análisis, tu determinación, tu claridad sobre cómo funcionan las cosas... esos son tus superpoderes.


Pero hay un punto de inflexión peligroso: cuando tu expertise se convierte en una armadura contra lo desconocido.

Déjame preguntarte algo incómodo:


  • ¿Cuándo fue la última vez que cambiaste de opinión sobre algo importante?

  • ¿Cuándo fue la última vez escuchaste algo que genuinamente te sorprendió?

  • ¿Cuándo fue la última vez que no supiste qué hacer... y te quedaste ahí, sin intentar controlarlo?


Si tardaste en responder, no estás sola. Estás atrapada en lo que llamo "la zona de expertise tóxica": ese lugar donde saber mucho se convierte en una barrera para crecer más.


Por qué los viajes nos transforman (y por qué tu vida cotidiana no)


¿Recuerdas esa sensación de estar en un país completamente diferente? Ese momento donde hasta pedir un café es una aventura. Donde tus referencias habituales no funcionan. Donde tienes que confiar, observar, ser vulnerable.


Regresas siendo otra persona.


Pero no cambias porque "conociste lugares bonitos". Cambias porque tu sistema de certezas se desactivó temporalmente.


Sin el piloto automático de "así es como se hacen las cosas", tu cerebro se abre. Observa. Aprende. Se adapta.


Aquí está el problema: puedes viajar al otro lado del mundo y seguir llevando tu jaula de certezas en la maleta.


O puedes quedarte en tu ciudad y convertir cada día en un experimento de desaprendizaje.

La geografía no es el punto. La disponibilidad para lo desconocido sí.


Las cuatro prácticas de "olvidar lo que sabes"


No se trata de volverse "más abierta" en un sentido superficial. Se trata de prácticas concretas que desmantelen tus automatismos.


1. Darle la razón al otro “aunque no la tenga”

No para mentir. No para ser condescendiente.


Sino para entrenar tu capacidad de ver el mundo desde una lógica que no es la tuya.

Cuando alguien dice algo que te parece ridículo, tu impulso es corregir, contra-argumentar, explicar por qué estás en lo cierto.


Practica esto: "Tienes razón. Si yo viera las cosas como tú, también pensaría exactamente eso."

Y quédate ahí. Explora realmente ese punto de vista. No como un ejercicio intelectual, sino como una forma de desmontar tu necesidad de tener razón.

La humildad no es pensar menos de ti misma. Es pensar menos sobre ti misma.



2. Desenmascarar tu indiferencia selectiva

Todas tenemos un radar finamente calibrado. Prestamos atención a lo que nos interesa. Ignoramos lo demás.


Tu cerebro está diseñado para esto. Es eficiente. Es práctico.


Y te está limitando brutalmente.


¿Quiénes son las personas que evitas? ¿Qué temas descartas automáticamente? ¿Qué espacios nunca explorarías?


Ahí, en esa lista de "no es para mí", está el mapa de tu zona de confort.


Práctica: Esta semana, conversa profundamente con alguien que normalmente ignorarías. No para cambiar su opinión. Solo para entender cómo llegó a pensar así.

Política, religión, estilo de vida, lo que sea. Pero genuinamente. Sin agenda.

Te vas a incomodar. Perfecto. La incomodidad es el precio de entrada al crecimiento.



3. Escuchar sin comparar 

Aquí va un secreto: no sabes escuchar.


Crees que sí porque prestas atención, haces contacto visual, asientes.

Pero mientras el otro habla, estás haciendo esto:


  • Comparando con tu experiencia

  • Preparando tu respuesta

  • Evaluando si estás de acuerdo

  • Buscando el momento para intervenir


Eso no es escuchar. Es esperar tu turno para hablar.


Escuchar de verdad es suspender tu marco de referencia completamente. Entrar al mundo del otro. Permitir que sus palabras cambien algo en ti.


Y sí, esto implica que puedes terminar cambiando de opinión, de perspectiva, incluso de valores.

¿Te da miedo? Bien. El miedo es una señal de que estás tocando algo importante.



4. Experimentar lo micro-desconocido

No necesitas mudarte a la India o hacer un retiro de silencio en el Himalaya (aunque si quieres, adelante).


El desaprendizaje empieza en pequeño:

  • Ese restaurante al que siempre vas: pide algo que nunca pedirías

  • Esa ruta que conoces de memoria: toma otra completamente diferente

  • Esa persona que siempre evitas en eventos: acércate y pregúntale algo genuino

  • Esa actividad que has descartado como "no lo mío": pruébala una vez


Lo que estás entrenando no es "probar cosas nuevas". Es tu tolerancia a la incomodidad de no saber.


Porque ahí, en ese espacio de "no sé qué va a pasar", es donde la transformación real vive.



Lo que realmente está en juego

Esto no es un juego filosófico. No es un ejercicio bonito de desarrollo personal.


Tus certezas te están aislando. Convirtiendo cada interacción en una validación de lo que ya crees. Cada experiencia en confirmación de tu narrativa.


Y sí, eso es cómodo. Es seguro. Es predecible.


El mundo es inmensamente más amplio que "tu" mundo. Hay perspectivas, experiencias, formas de ser que ni siquiera has considerado.


Y lo más importante: hay versiones de ti que aún no existen porque tus certezas no les dan permiso de emerger.


La pregunta que lo cambia todo


No es: "¿Qué necesito cambiar?"

Es: "¿Qué estoy evitando ver porque contradice lo que creo saber sobre mí misma, sobre los demás, sobre cómo debería ser mi vida?"


Esa pregunta no tiene una respuesta fácil ni rápida.


Requiere honestidad brutal. Voluntad de ser vulnerable. Coraje para admitir que tal vez, solo tal vez, no lo tienes todo resuelto.


Y si al leer esto sientes una resistencia. Esa vocecita que dice "sí, pero en mi caso es diferente..." o "esto no aplica para mí porque..."


Para. Respira. Observa esa resistencia.


Porque esa es exactamente la puerta que necesitas atravesar.


El trabajo real comienza cuando dejas de defender tu versión de la realidad

No necesitas más información. Ya tienes suficiente.


Necesitas experiencias que desmantelen tus automatismos. Que cuestionen tu necesidad de control. Que te recuerden que no saber es, a veces, la forma más honesta de estar viva.

Y no, esto no es algo que puedas hacer sola. No porque seas débil, sino porque tu punto ciego es, por definición, invisible para ti.


El acompañamiento terapéutico real —no el que te da herramientas para "gestionar mejor"— es precisamente eso: un espejo que refleja lo que tus certezas no te dejan ver.


Si este texto te incomodó más de lo que te inspiró, probablemente es para ti.


Si sentiste resistencia, escepticismo, o incluso enojo leyéndolo, perfecto. Esa es exactamente la tensión que necesitas explorar.


Y si algo en ti susurra "necesito una conversación sobre esto", escúchala.


No es debilidad. Es el tipo de coraje que cambia vidas.


Trabajo con mujeres profesionales que están cansadas de "tenerlo todo bajo control" y listas para descubrir qué hay del otro lado de sus certezas. Desde Medellín, online y a nivel internacional.

Hago psicoterapia holística con base en Terapia Centrada en la Compasión (CFT), prácticas contemplativas del budismo tibetano, ayurveda y técnicas de integración energética. Para mujeres que buscan transformación real, no consejos genéricos.

 
 
 

Comentarios


bottom of page